ivan rueda

SACRIFICIO

 

El sol es hoy un monarca destronado

cuya corona caída sobre los mares,

se oxida entre los muertos

a la espera de que un nuevo rey

regrese a los cielos su luz sin oficio,

su antiguo resplandor dorado,

aquella luminosidad sin mácula

que galgos de plata verde

afanosos devoran bajo las sombras

que sangran como rosas cercenadas

por un rayo de filo insólito

y que vierten un carmín ennegrecido

como de grillos triturados por el viento

cuando la tarde se viste carnicera

con sus cuchillos colgando de las nubes

apuñalando el aire ciego de lluvia

mientras con su seda gris desgusanada

envuelve las montañas que a lo lejos,

híspidas solemnes solitarias,

gritan un silencio atroz y granítico

de inmensas madres congeladas

por lo hielos de los hielos, amén.

Es invierno y bajo su luz cadavérica

busco las hogueras de tus labios

donde volver a quemar mis labios

y así, dolorosamente,

consumar en sacrificio

esta mi carne infectada por tu amor.

 

Luego volverá la primavera

y la luz de un nuevo astro

dará oficio a las rosas recién resucitadas

que brotarán como llamas púrpuras

de las cenizas de lo que fue un beso.