No voy a decirte nada.
Hoy sólo quiero mirarte
y asomado a la ventana
de tu vida… contemplarte
y disfrutar de tus formas
y tu manera de ser,
pues tu sonrisa se torna
en manantial de mi sed,
donde me bebo tus besos
-zumos de fruta con miel-.
Y si te miro a los ojos
yo me pierdo en tu mirada…
Los míos se vuelven locos,
sin puerto y sin ensenada,
buscando siempre esos focos
del faro de mi esperanza.
Manos que curten cariño,
dedos que tejen mis ansias,
alas que vuelan sin nido,
como ángeles con magia.
Voy a callarme esta tarde,
voy a cerrar mi ventana…
Quiero en mi vida acostarme
y recrearme en tu alma.
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