No dejaré huellas que delaten
ni un aviso suicida,
no dejare a sueldo la vida
que Satán y Dios se debaten.
No dejaré rastros sobre tu suelo
no me tragaré la rabia
ni diré cuan sabía
es la lágrima en mi pañuelo.
No dejaré acordes a medias
ni cartas con desconsuelo
que me hablan para no dormir.
No dejaré esta noche sin luna
ni un mañana sin después
no te quiero al reves
ni de ti noticia alguna.
No reprocho lo que ya no padezco
no me muero ya por malvivir
no pretendo dejar, por pretender huir
tus tatuajes de carmín,
sobre mis mejillas podadas,
y que tu adiós no sea mas
que el tallo de mi sonrisa.
Blas Roa