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Amatitlán La villa de Amatitlán nació desde sus murmullos, donde lloran lo cucuyos, en donde canta el Faisán De su lago y su faceta como de melancolía, nació la poesía, donde nació el poeta. Vi tu nube beber tu alga con la música de un trompo rumor, arrullo de olimpo cuando el viento norte, salga. ¡Y sobre un cristal de jade! El Lago de Amatitlán todo rodeado de Olivos allí nacen los suspiros allí nació el mazapán En su mañana marina garganta de ruiseñor, Nació ninfa jade-flor9 nació allí la golondrina De tu vientre de naranjos nace el río Michatoya el que endulza el guaro de olla y adorna los hipocampos. ¡Y se inspira el verso-jade! Al llegar a Amatitlán bañada de golondrinas que mece a naves marinas que mece a Capolicán. Arrullando a los remeros con su serena cadencia cautiva a su descendencia como a todos los viajeros. Pachacutec me conduce hacia su jade profundo a conocer otro mundo buceando todo cauce ¡Y con su brisa de Jade! Lago de estrellas y rayos con tus jades iluminas a pepiteras chapinas y al paso de los caballos. El sendero de su arroyo es nido de golondrinas nido de damas divinas, todas son perlas de mayo En cielo por ti hechizado en las noches de tertulia, convierte un copo de abulia en verso engolondrinado ¡Su lago cerúleo-jade! ¡Por los Órganos! Avisa vieron al Niño de Atocha su sombra se platinocha viendo que el día agoniza. Dame un SanJuan el Bautista que encienda la inspiración del poeta y su canción. Desde montañas, la vista. Bajo la brisa de Amatle tus campos siempre floridos, todos senderos en flor a la sombra del Tzapotle. Rafael Mérida Cruz-Lascano