Hice una bomba sabrosa
con un chicle que mascaba
y sin querer llega y se explota
embadurnando mi cara.
Tan bien que iba saliendo
con el aire que insuflaba
pero sin querer queriendo
en mi cara reventaba.
Tomaré mi chicle otra vez
y haré una bomba nueva;
así mismo, la vida es,
de varios intentos se llega.
Alejandro J. Díaz Valero