Cuando algún día
logres mirarte
en ese espejo infinito
que son tus ojos
y por fin
te veas en ese cielo
que te recuerda cada vez
a ti mismo
desde esta migaja de presente
hasta ese campo inmenso
que es la infancia
caerás en la cuenta
que ese cielo
esa lupa
no es más que lo que ves
hacia adentro tuyo.
Eres
o cielo inmenso
o luz.
No tienes
escapatoria.