Tony Obando

Presencia

Efimeras pulsaciones del corazón

retumban y retumban

como ecos descarriados

que entre la nada van

maldiciendo la razón,

su grito es tan sincero

que desgarra pricionero

las paredes de este cuerpo,

como cuando sopla el viento

y traé consigo fuego,

como cuando la miras y la miras

y sabes que ahí está,

y te sudan las manos

y tu voz se marchita

entre silencios y minutos,

como cuando su aroma respiras

y sabes que ahí está,

y le suspiras un verso

y tu alma se dilata

entre silencios y silencios

que de la nada van

maldiciendo la razón.

-¡Cobarde, cobarde!-

grita el corazón

y la miras y la miras

y sabes que ahí está,

y te sudan las manos,

y aunque se burle de tí

el tiempo o el dolor,

el amor no se marchita.