Vuelo y me alejo, perdido
entre abrazos de caras, de risas, de lloros, de besos
que me fueron devueltos con prisa
sin abrir
de sus embalajes de timidez, calor y labios.
Subí lejos, llegué alto,
alcancé con mi mano el triunfo
que, si llamar, vino a mi.
Y ahora mi copa, mi premio,
vacía
de mi esencia personal deseada
que se me niega al ganar
el primer premio del vencido
concedido
al que se enamora...
... al intentar enamorar.