bonifacio

La vida de un árbol

Poco a poco sin Fernanda

Me he transformado en árbol

Que contempla la montaña.

 

Por las mañanas vienen aves

A regocijarse en mis ramas

Aunque adoro yo el silencio

Su cantar me llena el alma

Y sin querer queriendo

Escucho sus dulces charlas.

 

A mediodía el sol

Pega fuerte y mi garganta

Sufre de mucha sed

Y pido un poco de agua

Secas están mis raíces

Pálidas mis hojas pardas.

 

Recién al bajar la tarde

Vuelve por fin la calma

Alguien se acordó de regarme

Y al volver a darle las gracias

Me doy cuenta que es un perro

Que en mi corteza alzó su pata.

 

Así llega la noche

Con esta horrible fragancia

Me duermo hasta el día siguiente

Dopado con estas miasmas.

 

No por eso llamaré

A mi amiguita Fernanda

Que siempre me dió de beber

Alcohol de dudosa marca.