El nietoya viene
multiplicando años,
el abuelo observa
los rasgos marcados.
Igual a su padre
y...piensa callado.
Sus ojos profundos
de colores claros,
son la herencia mía
al nieto entregado.
Tanto que ha crecido
con tan pocos años,
sus ideas claras para conversarlos,
esos momentos
lentos y mágicos.
Si ayer solo eran
balbuceos vanos.
siendo mis semillas,
en tiempos pasados,
que sembre con gusto
y amor encantado.
Te veo ya hombre,
buscando tú agrado
en esa muchacha,
de pelo ondulado,
de pequeños iris,
y guiños atrapados,
para ese muchacho,
que está a su lado.