Veo tus dedos azules y delgados,
hundidos en la tierra, huellas perdidas,
tus manos buscan la paz en cualquier lugar
quizás tu ira no alcanza ni amor ni ternura.
Mujer, así te has olvidado de ti misma,
de tu corazón y los sueños olvidados,
hay heridas latente en tu alma,
que dañan tu presencia en la tierra,
la fugacidad de la intolerancia hecha violencia,
que tiende a partir en dos el hábitat
las opciones, cerrar el camino de vida,
caminas en la ciudad, el desierto más desierto,
alas ardientes tiene tu búsqueda sin respuestas,
Dónde buscar…?... Dónde preguntar…?..
después de la tortura vuela tu alma dulce,
si al menos tuvieras el cuerpo de tu amante,
la sangre de tu sangre, historia de tu vientre…
II
Mujer, más sutil y profunda que el polen,
Buscas los frutos caídos en la tierra,
Sin huellas, invisibles como el aire,
Doloroso como el exilio, silencio de muerte,
El tiempo juega con tu memoria,
Regresas de otras tierras, como hojas otoño,
Y un pájaro sin canto golpea tu pecho,
la vida se duerme y quiebra como cristal.
Donde dejar las flores? donde dejar las lagrima?
Faltan raíces, sentimientos, tierra erosionada,
Mujer, has vivido para una despedida,
en cada búsqueda mil lagrimas se van…
lo incierto termina con la presencia,
hasta un pedazo de cuerpo, parece vida,
solo vida para una despedida, agua de alma.
Ritos de despedidas pendientes,
palabras amarradas a la brisa del desierto,
mujer, hay espacios del alma, hay armonía,
de todos, hay reencuentros entre estrellas
y alas ardiente,…lo distante es la despedida