la negra rodriguez

FANNY

Esta historia es una más de  las muchas  en que  mujeres jóvenes se ven acorraladas por la vida que les toca vivir. Y muchas veces optan por determinaciones trágicas. A los campos ecuatorianos la modernidad n o ha llegado, por lo que la mujer aún es considerada inferior al hombre. Y son objeto de abusos de todo tipo y claro no podía faltar  el ‘’abuso sexual.

Fanny, apenas tenía doce años,

con sueños de niña

Con  la vida apenas empezada.

Fanny fue brutalmente abusada.

Pero  en  su lugar natal

 Era como  que no haya pasado nada.

Producto de ese abuso

Quedó embarazada.

No quería el bebe pero su padre 

Le sentenció,  el bebe

 O su alejamiento de la casa.

Era una niña pero tuvo  su primer hijo.

Luego, por otra experiencia

Nuevamente otro embarazo

Y claro ella tenía que trabajar

En  lo que  aparecía

Para a sus dos pequeños alimentar.

 Era una niña y tenía que ser una mujer.

Conoció a Galo, un hombre  bien parecido,

Que mil cosas le prometió,

Su corazón otra vez tembló.

Y un nuevo embarazo  consiguió.

Pero el, no podía estar con ella

 Él, esposa tenía,

 Y otra vez, su corazón lloró.

Fanny una bella mujer,

Con la cara de ángel

Con el alma de ángel.

Tres hijos,  un  marido ajeno

Y mil necesidades.

Vivía en una casita de caña

 de 2 X 2 metros cuadrados

pero brillaba   de aseo y orden

Fanny  solo podía darles a sus hijos amor.

El amor la desquició

Las necesidades la desquiciaron,

Sus traumas de infancia la desquiciaron

 Siempre pobre, siempre sacrificada.

 La niña  que se escondió

En lo mas recóndito de su  psiquis

 La perseguía, quería huir

 Quería que ella le deje escapar

 Y  un día de navidad

 Desapareció

 Dejó un mensaje despidiéndose  para siempre

Su cuerpo fu encontrado en el fondo del estero.

le entregó a sus aguas su belleza

 Su tristeza y su desesperación.   

Fanny a sus tres hijos huerfanos dejó.

 

 

 

En  la provincia de Manabí, las jóvenes  quedan embarazadas siendo aún adolescentes. Y  no queriendo a su hijos los regalan a familias que no  los tienen. –Es la triste realidad de esas madres y esos niños.