Si pudiera decir cómo me siento
La infancia ha muerto,
La niñez no está en mi cuerpo,
Ah!.. Pero como le llevo,
Si aún está en mi mente,
El primer amor, El pensamiento
Lo que no he hecho,
He defraudado aquel niño,
que tantas metas se abría pactado,
Que en su caminar dormía despierto,
Que ahora es anciano de espíritu,
Que el vigor se fue con el coche de juegos,
Y que la melancolía es su único dulce,
Como pedirle perdón esta noche,
Si todos los día el dialoga,
se alegra de cada cosa,
Y llora adentro escondido en las sombras,
El aún sigue allí curioso e ingenuo,
pero este su portador ha dejado de ser inquieto.
Ya la fantasía en el raciocinio ha partido,
Ahora juego escondidas,
Con él y mi culpabilidad,
Y siempre me escondo,
Donde el niño jamás alcanza,
En libros sin añoranza,
En mujeres en la cama,
en la repisa más alta,
Con el trago y el abanó
que muy lento a ambos nos acaba,
Hoy al triciclo le pasan factura,
Por abandono en las dunas,
Y por dejarlo cuidado por la esperanza,
Soy lo que él más temió,
Me convertí en su viejo amargo,
que sus alegrías y juegos olvido