Si te he llevado conmigo,
como se carga una pena,
como quien paga castigo,
como cumpliendo condena.
Si yo he cargado contigo,
contra huracán o marea,
contra el vértigo enemigo,
sabiendo prestar pelea.
Si mi cuerpo te da abrigo,
cuando la pena te hiela
y con mi esencia litigo,
para evitar que te duela.
Dime corazón amigo…
Lo que tú andar encadena.
¿Por qué lates cual mendigo?
¿Qué oscurece tú faena?
Si entender hoy no consigo,
lo que a ti te desconsuela.
Con el alma por testigo,
sabré esperar con cautela.
Pues la paciencia te digo,
es una alidada sincera.
Al sufrir corta su ombligo,
convirtiéndolo en quimera.
Si hoy tú dolor no mitigo,
y te invade la impotencia,
al desaliento fustigo,
sin mostrar condescendencia.
Dime corazón amigo…
Que me escuchas con prudencia.
Que el amor que te prodigo,
aminora tu dolencia.
Que sabes que estoy contigo,
animándote en la espera.
Que tu camino bendigo,
desde el amor que libera.