A veces pasa
que escribo
sin un rumbo fijo
y otras tantas
barzoneo
buscando tu nombre
por ahí
en el aire
o en tu rostro.
A veces pasa
que lo busco
hasta en los rincones
de ese mismo cielo
que te compone
y lo único que encuentro
son poemas y besos.
¿qué más puedo pedir?