Después de ti me quedé desarmando
tardes enteras bajo cada cielo
donde alguna vez te había soñado
con mi corazón dibujando versos.
Si me dejaste un capullo de sueños
con una poesía a medio terminar,
me dejaste alborotados mis deseos
y una melodía que no para de sangrar.
Después de ti me sentí naufragar
viendo que empezaba a anochecer,
si te quedaste en un suspiro de mar
desnudándome recuerdos en la piel.
Si para dejarme añorando un beso
bastó una sola caricia de tu mirar,
que se me quedó latiendo en el pecho
con la delicia de tu nombre aún por nombrar.
Después de ti escapó una lágrima azul
desde el alba que embelleció mi sonrisa,
para deshojarse mirando siempre al sur
del fuego que encendiste en mis pupilas.
Si detrás de ti se me fue la vida
dejándome prendido un pedazo de sol,
si por ti ese cielo que se abría
una tarde empezó a morir de amor.
Porque antes de ti creí que ya no existía
ese aire de pureza que viste un corazón,
bajo mi almohada aún sueña esa sonrisa
que sobre mi tu inocencia derramó,
empapándome toda...
enamorándome entera...
con una llovizna en prosa
que respiraba primavera.
Después de ti se hizo suspiro mío tu belleza
para deambular piel adentro en mi alma,
a través de las sendas de tristeza
que tu amor me ha caminado en la mirada.
Si me dejaste adormecida la ternura
que me nació entre las manos al rozarte,
y al sentir una lágrima pintada de luna
deslizarse por mis versos al soñarte.
Después de ti... dejé contenidas
en las fronteras de mis dudas,
a las ilusiones de esta niña
que te amó con dulce locura.
Ceci Ailín