Cuando la tarde caiga en mi vida
Aspirando a sembrar de rosales
La blanca estatua de mi carne
Y mi corazón duerma entre lunas…
Cuando la corriente de este rio
Conduzca mi última avidez
Hasta la mar inmensa del infinito
Donde no más triunfos ni derrotas…
Cuando la invasión otoñal
Cubra el final de este destino
Donde no quedan esperas ni carreras
Porque los rayos del sol caminan…
Cuando al fin vean como muero
Y descansen mis clamores y mis sentidos
Sin alteraciones en el sueño más placentero,
No decidme Adiós, decidme Hasta Luego.
Antonia Ceada Acevedo