seateen

DOMINGO

Me llamas como siempre a regresar,

y salgo a caminar aunque haga frío,

el domingo se acaba pero me exiges

que te busque entre la poca gente

que hay por las calles.

 

Comienza a llover, y ahora si a nadie veo.

 

Te sigo buscando hasta

encontrarme la caseta de teléfono

que me pone un alto.

Párate aquí! - me dice-.

marco tu numero solamente para

darme cuenta que tu voz no suena

ni en la bocina, ni en el aire que me

pedía que te buscara.

 

Mas vuelvo a casa con

la satisfacción de no ser un cobarde

que no hizo el intento por llamarte,

Sino mas bien parezco

Un loco que sonríe, diciéndose

así mismo: te lo dije,

y al que  la gente ve extrañada

a través de su ventana mojándose

 sin motivo en ésta noche