Kléver Eduardo Jimbo Paladines

Te quiero con la vida

Te fuiste sin despedirte o quizá nos despedimos desde el momento en que nos conocimos, o nos conocimos sin saber que nos despedíamos. Te fuiste y me dolió tanto que pensé que te quería, y te quise más que nunca cuando de mi vida te alejaste. Te marchaste con la rosa que te regale un día, aquel día se marchito la rosa de la vida.
Te extraño ahora que no te veo, te veo en recuerdos que extraño con el alma, mi alma grita tu nombre cuando te recuerdo y te recuerdo cada vez que susurra mi alma.
Entro a casa con una sonrisa de nostalgia, de la nostalgia brotan lagrimas de alegría, una alegría que no entiendo su origen, quizá nació aquel momento triste, en que tus labios besaron los míos. No te olvido por que te quiero con la vida, y te olvido por que mi vida será cruel si no te miro.
Te fuiste, te marchaste, te alejaste pero jamás me olvidaste, ni te olvido tampoco. Te tengo tan presente en mi memoria y dibujo tu rostro en mi horizonte. Un horizonte que se extiende cuando veo cantar las aves y deambular  las nubes, cuando veo sonreír a las estrellas y dar caricias al viento.
Eso es todo lo que diría, pues todo te lo he dado sin reprocharte nada cuando te has marchado. Recuerda que te quiero con la vida.