desde aquella noche de encanto,
voy desgranando las horas
saltando… entre postrimerías
y auroras;
para volverte a encontrar.
Llevo mi alforja,
repleta de versos
y sueños.
Alza mi alma…
su antorcha encendida,
avanza mi vida
y con ella…
este amor…
sin medida,
sin tregua,
sin tiempo,
sin limite.
Me entrego a tus brazos,
una y otra vez,
despertando en ti…
un bello horizonte
que seducen mis ojos
y donde siempre
vacio mi alegría.