Nuestras almas florecen,
como un tierno verano,
donde cada noche nos citamos.
Solo el crepúsculo será testigo
de aquel desborde de pasión
que nos hace preso
del calor en nuestras manos.
Los colores parecían más intensos y
el aire más liviano.
sin embargo, el sol cálido en medio
del invierno,
nos llenó de calor, envolviendo nuestro andar.
Y creímos que estábamos en medio de la primavera...
¡Qué felices fuimos!
Te amo como se aman las noches oscuras,
entre la sombra y el alma, pero te amo
así como eres, con tu calma.
Yo amándote con mi ternura