Tu corazón roto,
roto en mil pedazos,
tu pecho en sollozos,
cristales ajados,
que arañan con furia
la piel del pasado,
mojando de lluvia,
que brota en tus párpados.
Pero sigues sola,
sola tú en palacio,
soñando entre olas,
bogando en tu barco,
con rumbos que añoras
del hombre deseado...
Cambia ya tu rumbo
en tu navegar,
buscando otros mundos
y te guiará,
por cielos profundos
la estrella polar.
Echa el pie a tierra
y con firmes pasos
verás que tus huellas
crean faros blancos,
donde tus estrellas
busquen tus espacios,
y entre todas ellas…
tu hombre soñado.
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