Las luces celestiales llegan de lejos,
tan desesperadas que puedo tocarlas
son destellos de ángeles que te buscan
entre las ramas del huracán
de símbolos que lo dicen todo,
que te dibujan como la estrella más hermosa
que mortal alguno pueda imaginar,
yo te contemplo, y brindo a los dioses
con el vino inmortal de tu amor,
es tu soledad interna que me llama,
como queriendo acariciar mi alma
con tus encantos de mujer eterna
descubres energía en cada fibra de mi ser
y me besas con pasión desmedida,
con ese fuego que mi sangre quema
con la intensidad de la brisa fresca
yo cierro los ojos y te miro toda,
grito en silencio de placer.