Todo en mi pecho se vuelve locura,
trato de calmar la tempestad, no puedo,
es como si de pronto fuese solamente un alma,
sin control absoluto de todo mi cuerpo,
tu mirada profunda produce la inmensa calma
que galopa en silencio a las alturas
de mis ganas que despiertan buscando el fuego
que tu escondes juguetona en tu alma pura.
Te miro y el espejo travieso te desnuda
con el movimiento de tus olas ardientes,
que transmiten el amor con dulzura
que llevan al paraiso celestial toda mi mente,
yo te quiero y admiro con todo el corazón,
con esa entrega que viene con nuestros años,
no hay en tus gemidos tristezas ni engaños
cuando en la oscuridad se desvanece la razón.