Esta lluvia pertinaz, fría y acompasada
Me recuerda otras lluvias, otros llantos del cielo.
A veces pienso que es el llorar de los ángeles
O quizás de las estrellas.
Pero no, solo es el invierno que forma goteras
En los techos y en las almas.
La lluvia oscureció mi tarde
Y la noche se avecina con sus lamentos húmedos.
Se enfría la almohada que abrazo recordándolo
Se enfría el tiempo de no tenerlo
Y su gélido vaho entumece cada segundo de recuerdos.
La lluvia pertinaz obcecada, cadenciosa
Me hace palpar su ausencia
Porque me falta su pecho donde me perdía en un abrazo
Cálido amoroso sensual y apasionado.
Si viniera en esta tarde de lluvia
Mi noche fuera constelada
Aunque siga lloviendo, sentiría
Que las gotas se me vuelven estrellas.
La lluvia me hace delirar sin su presencia.