Conciente.
En busca de un absurdo.
De un pequeño parámetro de amor
que justifique mi estadía.
Tengo los ojos enormes de preguntas
para seguir alimentando la esperanza.
Pasé por vos cientos de veces,
seguís ahí,
con el mentón anclado sobre el pecho.
Avergonzándome,
con un silencio que no entiendo,
con una luz que no distingo
en un camino que no encuentro.
¡Oh, Dios!
estoy desorientado,
roto por dentro.
¡Enamorado!