Unidos,
unidos las llamas
danzan quietas y
arden lentas.
Afloran en dúos
desde lo eterno de
tus manos cobijadas
por las mías fielmente
como quien sirve a una reina.
Unidos,
unidos mis segundos
trotan presurosos
arrojándose tímidos
en el vestido de tu boca.
Ansían sacar a bailar
a tu sonrisa y colorearte
sutilmente de un amor
que no se borre
jamás...