Hoy miré tu alma limpia,
transparente
como los riachuelos,
que salvajemente
se desprenden
desde el interior de las montanas.
Torrentes de sentimientos inconcluso habían
porque tu alma agrietada
de sentir se niega a ver que todavía
hay vida en ella.
Anda y despierta de ese sueño.
¡Vuela paloma mía!
Que quiero ver tus alas blancas
desplazarse
con gracia por ese cielo.
No aprisiones tus sentir
porque muy dentro de ese ser
hay deseos de vivir.
Vuela como gorrión en primavera.
Que la noche es joven y siempre nos espera.