Hay un reflejo en su rostro
de dicha de paz y de calma…
¡Es el reflejo de su alma
proyectando su templanza!
Sus ojos que tanto vieron
duermen plácidamente…
Es un sueño profundo…
es un sueño perenne.
Ella pasó por la vida
dejando una estela brillante…
Ella fue mansedumbre…
Ella fue paz y lumbre.
Se fue yendo despacio
contando muy bien sus pasos,
dejando sus huellas marcadas
que nunca serán borradas…
Y el día que partamos
de viaje hacía el otro mundo,
todos podamos seguirlas
y así no perder nuestro rumbo.
Yo sé tiita querida
que en el cielo esperarás
a que todos lleguemos
y no separarnos jamás.
Crucé tierra y mar
para estar en tu funeral,
despedirte en el viaje
que sin retorno harás
y decirte con llanto…
¡Qué yo tu sobrina
la que te ha querido tanto,
Jamás tu recuerdo dejará en el olvido!
Descansa tía Tulia, descansa entre flores,
que sea tu lecho de dicha y albores…
¡Disfruta de Dios en su jardín de amores!
Felina