EL MISTERIO DETRÁS DE LA CAVERNA
Años en custodia y guardaron esta historia
Son siglos en los que reino la victoria
Año 300 después de Cristo
Quien iba a pensar que ya todo estaba escrito
Nació el tipo que al fin y al cabo describo
Por treinta años navegante de los ríos
Conocedor de todo tipo de nativos vencedor de desafíos
Fuerte, sabio, rico nunca contento partió u otro sitio
Viajo por mar a una tierra desconocida
Para su sorpresa naufrago se quedaría
Hombre de los mares por cuestión de los azares
Cambio una vida estable por una muerte entre océano y aires bestiales
Pero no todo es negro por lo menos de eso se sabe
Una isla muy a lo lejos podía divisarse
Con las fuerzas del alma vatio su pobre “yate”
Y ello lo convirtió en un simple cobarde
Ahora que esperar encontrar en un lugar tan inhóspito
Animales, desiertos, costas, monstruos
Una sensación de miedo impregno su rostro
Paso aquella noche solo con cansancio y dolor cerro sus ojos
Al día siguiente nacían esperanzas
Con el sol de guía algo bueno se lograba
Salió en busca de un alimento que le ayudara
Sólo veía ramas secas y tablas
Era un desierto en medio de la nada
Caminó en busca de algo que le calmara
Esa hambre y esa sed que le atormentaban
Tres de la tarde y la lluvia empezaba
Se escondió en una caverna cercana
Ya que era la única ayuda divisada
Camino adentro, sólo sentía el silencio
Sería muy difícil encontrar algo bueno
La oscuridad total inundó su cuerpo
Murciélagos encima, culebras, alacranes y escorpiones
Hicieron sufrir a este noble hombre
Que de tener tanto, pasó a ser tan pobre
Muriendo encorvado, sentado en una esquina Triste y olvidado
Eran cerca de las siete de la noche
Cuando un destello hizo renacer su ser
¿Qué sería de él después de vivir un infierno, poder vivir un Edén?
Corrió con la esperanza de poder coger
Entre sus manos, la libertad y el bien
Su propia mentira llegó a creer
Cuando una simple botella, con una carta pisaron sus pies
Al lado, papel y lápiz y pudo leer
“Eres afortunado al poder tomarme entre tus manos
Al menos así supe que alguien me entendió antes de morir
Espero me creas al fin
Yo fui otro como tú, que cansado de la rutina
El mundo exploré
Caer en este lugar, me hizo entender
Que no me importa morir porque sé que no fallé
Quise ser un trotamundos y haciendo eso, me iré
Amigo, acompáñame al Edén,
Ya que fuiste el único que supo dónde murió el Rey
Es un honor saber que habré muerto cuando empieces a leer”.
Atentamente, El Rey.
No lo podía creer, aquel escrito era una reliquia
Pero a quién mostrársela en un laberinto sin salida
Papel y lápiz y aquel hombre a escribir se disponía
“Eres afortunado al poder tomar entre tus manos
Dos cartas, la primera del Rey y la segunda de su hermano
Juntos morimos náufragos, hipnotizados de la naturaleza
Y sus secretos guardados
Todo por querer conocer lo nunca observado
Al menos mi hermano y yo nos alegramos
Al saber que no seremos los únicos que no dejamos rastro
Acompáñanos amigo al Edén, juntos vamos
Porque el dinero nunca fue la razón por la cual nos formamos
Ya habremos muerto cuando esta carta leas
Esperamos pacientemente que vengas”
Atentamente, hermano del Rey.
Año mil ciento ochenta y tres, después de tantos años
Un hombre busca rastro, guiado por la leyenda
De un tesoro ocultado
Pero como los anteriores dos, náufrago ha acabado
Entró en la caverna solo y confundido
Esperando morir como un pobre diablo perdido
Para su sorpresa, allí estaba la reliquia
Que había buscado por siglos
Cuarenta y seis cartas en una botella de vidrio
Papel y lápiz a un lado del sitio
Leyó todas las cartas y se dispuso a dejar su escrito
“Eres afortunado al leer este libro
Ya somos cuarenta y siete los que nos hemos ido
Felices de haber partido, como náufragos a un mismo destino
Quiero aclarar algo, mejor dicho
Yo no soy hermano del Rey, soy su primer hijo
Al parecer, el padre del Rey fue adicto a tener hijos
Y a todos los ha vendido, dejándolos morir solos
En esta isla perdidos
Yo soy el hijo mayor del primero que ha partido
Es un honor el que me hayas leído
Soy el primero de la generación de los hijos
Por consiguiente, a mí y a mi familia
Se me heredan los beneficios
Acompáñanos tú también a otro sitio
Allí estaré esperándote Amigo”
Atentamente, el hijo número Uno de cuarenta y seis que se han ido.