Pude olvidar las bellas melódias
del piano...
la catastrófica armonía de un perfume...
tus ojos, y tus tantas cartas escritas.
Pude olvidar el melancólico recuerdo
de tus manos rodeando mi cuerpo...
la tentación de saborear tú nombre
en esos tantos besos profanados.
Pude olvidar la puesta del sol, los ocasos...
el dilema de la gente que camina apurada...
y el andar perdido del viento
cuando acaricia tus cabellos.
Pude olvidar una taza de café,
un silencio,
y los extraños momentos ocultos
de un corazón intcto rodeado
de mentiras.
Te olvidas, te ocultas,
yo te deseo por cada rincón de tú alma.
Puedes olvidarte de todo ésto niña...
ya no deseo escribirte.