Hoy el cielo me mira con ojos de Luna,
con transparente y azulina claridad;
profundamente me mira, es verdad,
y me dejo acariciar el alma desnuda.
El cielo me ampara con ojos de Luna
y me acojo en su inmenso paraguas;
de día, lo observo con la piel en ascuas,
de noche, me arropo en su capa bruna.
El cielo, con ojos de Luna, me ilumina,
pues ella me inspira de noche y de día,
cuando ríe triste o gime de alegría,
cuando respira hondo, me mira, y suspira.
El cielo me acoge en su azul resplandor,
para mi no hay mayor fortuna,
pues veo en sus ojos un rayo de amor
que alumbra la vida con ojos de Luna.
25 de enero de 2009
Pau Fleta