me disculpo por mi ausencia
Fui requisado por el deber nacional.
No pude escapar ni oponer ninguna resistencia.
Me encontré de lleno en la campaña electoral.
Los candidatos se vistieron todos de pavo real.
Estaban dispuestos, muy comprensivos
y mostraron mucha tolerancia.
Hasta el temible vecino,
el más tirano y el más feudal;
quería nuestros votos
Quería nuestra obediencia.
Esta vez me dije:
¡Voy a participar!
¡Voy a luchar!
Con mi voto, no les dejaré pasar.
El lobo gris quiere ser nuestro pastor.
Quiere llevarnos al matadero con flores y palabras de amor.
El afable rebaño, muy bueno, muy dispuesto para olvidar
se agarra a las promesas; no tiene ningún temor
Quiere creer en algo, quiere ver su vida mejorar.
Una vez terminada la fiesta
Una vez llegado al poder
Nuestro lobo gris nos dirá:
¡Hijos, tienen muchas cosas que hacer!
Una y otra vez nos llevará al matadero para sangrar
Con tres palabras:
“DIOS, la Patria y el Rey.
Nuestro monstro dormido lo haremos renacer.
El político, el banquero y el industrial :
Muy sabios, nuestros sentimientos saben manejar
Nos incitarán a declarar la guerra...
Al otro, a este que tendremos que odiar
Le odiaremos, no por Dios,
ni tampoco por la Patria
Lo haremos por el propio interés de la trilateral
Por dinero, por el Rey o por mera supervivencia.
Yo, el don nadie,
¿Qué puedo hacer?
Nadie me quiere escuchar.
Mis amigos me han aconsejado:
¿Por qué en esto te tienes que preocupar?
¡Hazte olvidar!
¡Sigue fumando tu pipa!
¡Sigue dormido!
Les gusta mucho oírte roncar...