Perpleja de ausencias me he perdido
esperando tus palabras al oido de mis miedos
dibujando tus caricias en los ojos de mis sueños
inventando tu abrazo en la distancia de mis desvelos
Tu inquietud es cual viento de mi mar tranquilo
tu ansiedad espejo de mi cielo inmóvil
el rojo bermellón de tu sangre hirviente
cual puñal silencioso atraviesa mi frío corazón
Mirarme en tus pupilas y encontrarme cerca
aprisionando un átomo de tu fugaz presencia
tal vez es el regalo de la vida misma
envuelto en imposibles de crueles realidades
Aún así, en el punto más distante de mis ilusiones
tu nombre aparece cual lejana estrella
y me recuerda que también se puede amar
en la pleamar de tu alma y en el cenit de mi corazón