Llegó asfixiándose al hospital
con sus dos manos sujetando el cuello,
buscando aire para respirar
con mirada de angustia y desespero.
De pronto cuando nadie lo esperaba
sujetó del cuello a la enfermera,
tal vez para que no respirara
la porción de aire que escasa era.
Y allí con los ojos desorbitados,
esperando la llegada del forense;
estaban los dos cadáveres tirados...
Muertos por causas diferentes.
*****