Después de varias semanas hundido en la inmensidad de mi habitación y las tinieblas de la soledad, encontré algo que me mantiene tranquilo aunque no lo pueda palpar. Viajé un par de semanas a la ciudad y cada partícula de pintura blanca y el olor a cigarrillo me hacía recordar viejas experiencias en las que fuí felíz de una manera muy superficial.
Pero aunque no la pueda tocar sé que existe y me tranquilza saberlo. Hace que mi esperanza no muera y me alienta a seguir conociéndola y profundizar sobre cosas que dificilmente puedo platicar con mis amigos. Es una extraña en mi vida que llegó conociéndome perfectamente bien. Sentimos el mismo interés en saber la vida de cada quién a pesar de nuestra distancia física. Todo fue tan raro.
Más personas como nosotros 2 deben de existir en el mundo, y es algo que no podemos escoger; es algo que simplemente pasa. Son 2 almas que se encuentran.
Pero aunque no la pueda tocar sé que existe y me tranquiliza saberlo...saber que está para mí y yo para ella hasta el final de nuestras vidas.