Jesús, tú pones la belleza en mi vida,
Cada día llenado con adoración,
Entro en su presencía con alegría.
Que me disfruto tu amor sincero,
Fluyendo del trono de misericordía.
Mi alma busca siempre tu rostro,
Con temor hago la voluntad de Dios,
Claramente revelada por tu palabra.
Cuando desafallece mi corazón,
Tus promesas me recuerdo bien;
Hay la salvación por la sangre de Jesús.
Jesús, mi tesoro más precioso…
Nadie que es amable como él,
Murió al Calvario por mis pecados
Ahora por su luz obtengo la libertad!