Mientras frotas y limpias
las motas, que quedaron
prendidas en la almohada
por las suaves caricias,
de la noche pasada;
que ayer fueron delicias
y ahora no son nada,
recordando con nostalgia,
aquel sueño dorado
de tu tierna infancia...
Aquellas ilusiones,
que al paso de los años,
se convierten en millones
de promesas ya pasadas,
de verdades y de engaños,
y entre guisos y ensaladas,
la vida vas pasando,
recordando con nostalgia
aquel sueño dorado
de tu tierna infancia...
Soportando los dolores
de músculos y tendones,
sin apenas pausa, con prisas
planchando los pantalones,
y colgando, las camisas,
de tu hombre enamorado.
como esperando,
que su presencia alivie,
el recuerdo y la nostalgia
de aquel sueño dorado
de tu tierna infancia...
J.Plou