Fuimos aguas sin rumbo en la sombra,
beso a beso, entre labios sin retornos
con un primer palpitar nuestra alcoba,
frente al mundo, nos acunaba, airosos.
Fuimos clavel y rosa en la historia
en un jardín virgen de alborozo,
alimentando nuestros cuerpos de gloria
mientras el cielo se alargaba apetitoso.
Fuimos tolvanera de miel y hormona,
Desnudándonos , nuestra piel, ardidosos
con la avidez de la carne que corona;
toda ante ti todo ante mi blandiciosos.
Fuimos labradores de luz y aromas
acariciándonos entre versos bondadosos,
tú me amasabas en tu tahona,
yo blandía tu torso pardo y boscoso.
Fuimos arena con sal libidinosa
jugando a ser océanos revoltosos
Y en las orillas blancas aliviosas
aunábamos dos corazones bubosos.
Fuimos más que ingrávida prisa…
deteniéndonos en cantos cadenciosos.
Fuimos trovador y poetisa
amándonos como cuerdos, como locos.
Antonia Ceada Acevedo