Ayer ti ví en la calle mujer altiva
y se que pasastes
como pasa un rayo en la tormenta
más tu no me viste,
hoy en mi memoria evoco esos pasos
repitiendo el vaivén de tu cintura en el asfalto
como un eco insondeable,
y el cansancio no envilece los instantes
en que recuerdo tu paisaje en aquella calle
tu cuerpo contra el muro rayado por la lluvia
y tus labios rojos en el aire
y tu figura pujante
derritiendose con los pasos alejándose
al otro lado oscuro de la calle,
y justo allí, allí te evaporastes.
Hoy volví a la misma calle
a esperar tus pasos presurosos
en tu jean con esmaltes
y playera ajustada en el talle
más hoy no llegaste
extraño a mis sentidos
me pareció tu asencia en la tarde
y le faltó al enrarecido aire
el aroma de flores de tu estela implacable
al barrer con tus pasos
la hojarasca en la calle
Y hoy precisamente hoy
aunque no me miraras
como siempre lo haces
yo tenia un detalle
para que lo llevaras contigo
aunque pasaras como un rayo
en la tormenta mía,
en mis mudos deseos
que se agolpan cual olas
como el mar de levante
desde el día en que por primera vez
pasaste por esa misma calle
y aunque siempre miraste
nunca me viste,
¿que más podrá ser?
que esta roja rosa
sea de la hojazca parte
cuando cualquier día
la vuelvas a barrer
con tus pasos de reina
y tu vaivén pujante.