Tenía tantos enemigos
como pelos tenía su cabeza,
por eso ante las balas cayó abatido
queriéndole cobrar todas sus cuentas.
Causó daño a la sociedad
muy difíciles de cuantificar,
y también sin necesidad
causó un gran daño familiar.
Todos presentían el final,
mucho antes de que ocurriera,
por ser raíz de tanto mal
era mejor que no floreciera.
Luego de superado el trance
entre penas, llanto e interrogaciones,
a efectos de que en paz descanse
lo bañaron lluvias de oraciones.
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