Hoy no quise escribirte,
me la pase pensando en la mañana
en la mejor manera de
explicarte cuanto te quiero.
Sólo me levante de la cama
para dejar la pluma a un lado del buró
cuando empezó a angustiarme
éste dolor en el pecho
Ninguna idea se revelo a la creación de
un verso, de una simple palabra que pudiese
destaparse de su envase al vacio.
Esta hoja en blanco comenzó a llenarse
ingenuamente a base de interpretaciones
burdas de mi falta de imaginación o
sentimiento.
Ni yo me perdono tanta calma y mi frustración
es más amarga por el desazón que se conjuga
con el caer de la tarde.
Más sin embargo, mi necesidad es convencerte
que aún con las carencias,
nacen mis creencias de
encontrar en la nada,
cualquier forma tuya que me
haga terminar haciendote
saber que al no escribirte,
tengo todo el día para
pensarte, y hacértelo
saber hasta la mañana
entrante.