A veces te escribo con el alma tímida,
como temiendo ser o decir algo.
Como si eso me dejara a salvo;
a veces porque tengo manos pálidas
y a veces porque ya no soy tan nítida.
A veces la mirada se me escapa, intrépida,
como sumiendo todo a su deseo, tan ávido;
Como si sus vaivenes no murieran rápido,
a veces porque insisto en que te llegue, implícita,
y a veces porque quiero que la veas tan férvida.
A veces, si te pienso, puedo ser traslúcida,
como tejiendo siempre mi sonrisa cálida.
Como si tú vivieras siendo mi reválida ,
a veces porque sueño tu caricia espléndida..
y a veces porque es magia y se me vuelve túrgida.