Andrés Mª

UNA TARDE CUALQUIERA

Hay heridas que sangran y sangran,

cicatrices que están siempre abiertas

y una mano que llega a la llaga

con caricias las besa y se cierran.

Eres tú algodón en mis males,

que me cura siempre mis heridas.

Es amor y cariño a raudales,

aunque tú no compartas mi vida.

Esta tarde muy gris y muy fría,

con la niebla que llora su llanto,

los cristales de mi alma se limpian,

al saber que tú en mí estás pensando.

Y este río discurre y se calla,

pues la bruma le apaga su voz

y en el aire suena una sonata

con las notas de mi corazón.

Pensamientos que brotan del alma,

sentimientos que callan su son

y unos besos que llegan y calman

una tarde cualquiera sin sol.

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