No me pidas que te olvide
Ya tengo con la agonía
De que nunca serás mía
Mi bello amor imposible
Porque se que es preferible
Decantarte en el recuerdo
Que emigrar al firmamento
Del vacío de tu imagen
Donde mi corazón arde
Como llama en el desierto
Tú te vas y me abandonas
No te culpo, te conviene
Y yo me vuelvo al pesebre
Donde reposo a deshoras
Y que lejana! es la aurora
Donde la oscura rutina
Es la pira que ilumina
La estepa de mis desvelos.
Como ave de errante vuelo
Como muerto que camina
Tu delicada apariencia
Deja aroma de silencio
Tu juventud el proverbio
De mi callada sentencia
Y cuando la providencia
Termine por extraviar
De mi paisaje, el oval
De tus parpados chinescos
Es, muñeca de ojos bellos
Cuando más te voy a amar
Adiós por última vez
Ven abrázame y bésame
Por la vez última, déjame
Sentir tu boca de miel
Tocar tu lozana piel
Enredarme en tus cabellos
Y nadar en tu moreno
Cuerpo color de arena
Como si fueras la dueña
Y señora de mis versos
Pobre de mí al despertar
Cuando se aviven mis ojos
Y comprueben el abrojo
De saber que ya no estás
Que si llegas a escuchar
Un tenue y vago rumor
Que te recuerde mi voz
No es que esté muerto, ni vivo
Ni despierto, ni dormido
Sino sangrando de amor
Gerardo Villalobos