Aunque no hagas desayuno
yo solamente te imploro
que me des echando humo
una taza de fororo.
Y no es que me aproveche
de tu bondad mañanera
pero de café con leche
me das una taza entera.
Perdona tanta molestia
pero déjame sobre la hornilla
un par de buenas arepas
con queso y con mantequilla.
Me dejas sobre la mesa
y ya no te pido más nada,
unas crujientes galletas
untadas con mermelada…
Aunque no hagas desayuno
yo no me enojo por eso,
pues yo espero sin apuro
a que hagas el almuerzo.
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