Carlos Alcaraz

El amor es una hoguera

 

 

 

El amor es una hoguera.

Si es pequeña, la distancia la apaga.

Si es grande, la distancia la convierte en un incendio.

(Alejandro Jodorowsky)

 


A Clémence

____

 

No es nostalgia.

Es deseo, es sueño,

es un sueño.

No estés triste, amor,

yo estoy contigo,

yo te quiero.

 

____

 

Es tan insoportable tenerte lejos.

Es tan tarde para pedirte que te quedes.

Tendría que haberte dicho aquella tarde

“no me dejes, nunca me dejes”.

Pero no lo dije, no me fue posible. 

Y por eso hoy, no puedo contenerlo.

Me es tan insoportable tenerte lejos

que no encuentro un solo pretexto

para no llorar, y extrañarte, y llorar, y llorar.

 

Estoy sin ti.

 

Y me es tan necesario pensar en tu mirada,

porque sin ella, se me cae el cielo,

se me borra el mar, me quedo ciego.

Sería como enterrar viva la esperanza,

y escucharla lamentarse bajo tierra,

si no tuviera

cuando menos el recuerdo,

si no te viera

cuando menos en mis sueños,

si no supiera más de ti.

 

A veces imagino tus palabras, tu piel,

quiero besar cada centímetro de tu piel.

Quiero volverme tu piel y envolverte,

sentir lo que tú sientes,

deshacerme,

dejar de ser.

 

En ti,

por ti,

junto a ti,

amor,

quiero morir.

 

Puedo morir así

a cada vida.

Te volvería a encontrar

una y otra vez.

Lo sé.

 

Lo sé porque no bastan ni las horas,

ni las palabras, ni las distancias,

ni las dudas que nos llegan de vez en cuando,

ni las lágrimas que no podemos secarnos,

ni las tantas cosas que no nos damos,

ni siquiera el mundo con su ejército

de incrédulos tristes y solitarios.

 

Nada basta. Nada.

Ni el estar separados podrá separarnos,

porque un día, mi amor, en esta vida,

en este sueño, en esta nostalgia,

declaramos que el amor, el de los cuentos,

es muy cierto.

Tan cierto como que nos encontramos.

Tan cierto como tú, como yo,

como que te amaré toda mi vida, eternamente,

y el mundo, sinceramente,

puede irse al carajo.

 

Yo te amo,

te amo,

y te amo.

 

Y es que es tan embriagante, tan increíble, escucharte.

Como el amanecer, Aurora, Inima mea.

Como el saber que existes.

Como el Aleph del primer beso,

el Principito, y las canciones en francés.

Como un Sauternes, une tarte crumble,

une jolie boîte, une lettre à toi,

como el soñar siempre contigo,

como un mensaje, como un viaje,

como amarte como un niño,

como la vida misma

y decidir vivirla junto a ti,

y decidir amarte,

y saber que será fácil

cumplir esa promesa

sabiéndote mi alma gemela.

 

En ti,

por ti,

junto a ti,

amor,

he de morir.

 

Carlos Alcaraz

08/02/12