Hoy sería
un buen día
para morir.
Contener
la respiración
y contar ovejas
hasta el final
del universo.
Desatar mi hilo
de plata
y lanzarme
a indagar
si la tierra
es cuadrada,
redonda
o gótica.
Hoy sería
un buen día
para no verte,
para enterrarte
en el pasado,
para no escuchar
propuestas raras...
sentimientos raros...
y todo ese bla bla
del que dice
que perdió
lo que ama.
Hoy sería
un buen día
para rogarte
que no me hables,
que no me busques;
que te quedes allí
en donde no me importa:
en el cielo
de los perdedores
y las trolas...