Carecen de sonrisas mis labios y sus huellas.
Carecen de esperanza las nubes, que se van...
Carecen de caricias mis manos, y ellas,
carecen en el patio, carece mi desván.
Carecen nuevamente las noches, de estrellas.
Carece tu luna, se crece mi afán.
Carecen, impacientes, las noches más bellas,
carecen de tu lecho; carecen, dormirán.
Carece de tu lumbre mi vida, ¡qué pena!
Carece del aire, de oxígeno y pan...
Carezco de ti, aunque mi alma te espera;
carece mi patio, parece el desván.