Ayer lavaron la ropa
entre ellos, dos pantalones,
y mientras el viento sopla
nos bailan sus danzones.
Una blusa blanca con flores
también estaba colgada
bailaba alegres sones
de la música antillana.
Las camisas mangas largas
que habían colgado del cuello
bailaban con tantas ganas
que se oía hasta el resuello.
Una medias de colores
apretadas con sus ganchos
danzaban bellos primores
haciendo pasos exactos.
Un edredón matrimonial
colgado con maestría
bailaba un ritmo especial
con bella coreografía.
Mientras yo en la ventana
contemplaba muy sereno
el baile que realizaba
la ropa en el tendedero.
Alejandro J. Díaz Valero